Historia de la Casa

Originalmente la Casa Don Bosco en Ronda era una vivienda privada. Después del fallecimiento de los dueños la casa pasó por donación a la Congregación Católica Salesiana local. Desde entonces tenía principalmente la función de sanatorio para miembros de dicha orden religiosa. La casa recibió el nombre de Don Bosco, fundador de los Salesianos.

Vivienda Privada

A mediados del siglo XIX Ronda es el epicentro comercial de su Serranía. La ciudad mantiene estrechas relaciones mercantiles con todos los pueblos de la comarca y, sobre todo, con el Campo de Gibraltar. Su riqueza y las oportunidades de negocio que ofrece atraen a la nobleza, a ricos comerciantes y a las clases acomodadas de la Baja Andalucía. Y durante el período estival Ronda se convierte en su punto de encuentro favorito.

El palacete que hoy conocemos como “Casa Don Bosco” es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Sus últimos propietarios fueron un matrimonio de clase burguesa, formado por el ingeniero Don Francisco Granadino Pérez y Doña Dolores Gómez Martínez.

La casa la destinaron principalmente a residencia de verano ya que vivían en Madrid. Pero el matrimonio, con el paso de los años, acuden cada vez con mayor frecuencia a su casa de Ronda, lugar de nacimiento de don Francisco, rodeados de familiares y amigos.

Don Francisco y Doña Dolores fallecieron en 1932 y 1938 respectivamente. Sin haber tendido descendencia, decidieron donar la casa y otras propiedades a la Congregación Salesiana ya que les unía una gran amistad.

Sanatorio

Por disposición testamentaria se creó en 1939 la “Fundación Granadino de San Juan Bosco”. Su objeto social era el de destinar la casa al reposo, la curación y convalecencia de los miembros de la Congregación Salesiana local, tanto jóvenes como de edad más avanzada.

El sanatorio recibió el nombre de Don Bosco, fundador de los Salesianos. Su inauguración fue el día 15 de septiembre de 1940. Alcanzó su época más destacada entre los años 1946 y 1964 bajo la dirección de Don Salvador Rosés. Durante 18 años atendió a los residentes con un cariño sin igual y una dedicación completa. Durante este tiempo, no menos de 150 Salesianos que sufrían algún tipo de dolencia vinieron a buscar ayuda, tanto jóvenes como mayores. Tras un periodo de convalecencia y reposo total volvían, alegres y enteramente restablecidos, a sus colegios u ocupaciones ordinarias.

A lo largo de los años la casa tuvo también otros usos. Funcionó como residencia para estudiantes universitarios bajo la tutela de un sacerdote salesiano, como centro juvenil y el sede del “TES” (Teatro Español Salesiano). También fue un centro cultural que organizaba cursos de idiomas y de formación administrativa, eventos deportivos y talleres de tallado de madera y de bordado. Sin olvidar de las actividades comunitarias apostólicas, como clases de religión y eucaristías, que se han llevado a cabo de forma constante.

La Casa Don Bosco se cerró como sanatorio en el año 2008.